Author : Gersam Tüchler Noguera
Publisher : Palibrio
Page : 115 pages
File Size : 34,98 MB
Release : 2012-07
Category : Fiction
ISBN : 1463330863
Book Description
Gersam Tüchler Noguera, mi padre, fue un hombre muy diferente a todos. Y diría que nadie lo comprendía, no estaba en su grupo. Todo él, la forma de vestir, roce social, intelectual, y su religión judía, no era parte del grupo donde él residía. Nunca le interesó el dinero, no tomaba licor ni cerveza, ni siquiera vino como los europeos. Prefería estar solo leyendo, escribiendo, escuchando música clásica: Chopin, Kachaturian, Rachmaninoff, Beethoven, ect.ect. No sabía tocar piano, pero tenía un piano Wurlizter donde mi hermano, hermana y yo, aprendimos. Tenía poco amigos, solo a dos que hablaban de religión. No visita a nadie, pero él era muy visitado por personas interesadas en visitar su museo, biblioteca, discoteca y anticuario. La señora Clementina Rivas reportera del Diario La Prensa cuenta en su reporte que mi padre poseía alrededor de 600 objetos antiguos, incluyendo adornos Judíos. Unos colegas como el Dr. Zuñiga lo visitaban para consultarle sobre asuntos jurídicos. La gente de Managua decían que él era una excéntrico, raro, libre pensador, poeta, loco, y lo llamaban "El Doctor". No pudo terminar sus estudios universitarios por razones de política, Usaba un sello con el título de Dr. Inf. Gersam Tüchler Noguera. No tenía amigos, pero era muy visitado por personas para conocer su museo personal, así como su discoteca clásica, biblioteca con su selección de libros raros y revistas de toda clase; antiguos objetos judíos, sus candelabros de cristal de roca colgados del techo. Tenía una lava manos de mármol blanco en su mesa de madera Palo de Rosa. También un juego de lava manos y pichel de electroplata. Dedicado a la fotografía usando una cámara de 3 dimensiones (3 D), la única en Centro América. Según Clementina Rivas F. reportera del periódico La Prensa de Managua, mi padre vivía en una "manera envidiable con sus anticuario para olvidad su soledad". Pero después de un terremoto, y dos guerras civiles todo esto fue robado y destruido. Mi hermano Edgar, mi hermana Nena yo, nos sentimos muy orgulloso ser descendiente de él, y agradecemos todo la vida de sus enseñanzas, y consejos. A pesar de que tenía a veces mal carácter, reconocemos que a veces quizás no comprendimos sus buenas intenciones, pero nunca nos resentimos, lo amamos pues no olvidamos, que después de todo fue nuestro padre (q.e.p.d.)