Book Description

John Owen dijo: "Nadie verá la gloria de Cristo por la vista en el cielo que no la vea, en alguna medida, por la fe en este mundo". Además, Octavio Winslow lo expresa de esta manera: "Si un hombre no ve la gloria de Cristo, no dudamos en decir de él que con respecto a todos los demás objetos espirituales, está totalmente ciego." ¿Qué piensa de esas declaraciones? Sea honesto. ¿Está de acuerdo con ellas? ¿O cree que son una aberración, una exageración... tal vez una forma de misticismo? Owen continúa diciendo: "Que nadie se engañe a sí mismo. Aquel que no tiene una visión de la gloria de Cristo aquí, nunca la verá en el futuro." ¿En serio? Afortunadamente, se explica a sí mismo: "La contemplación de Cristo en la gloria es demasiado alta, gloriosa y maravillosa para nosotros en nuestra condición actual. El esplendor de la gloria de Cristo es demasiado para nuestros ojos físicos, como lo es el sol que brilla con toda su fuerza. Así que, mientras estamos aquí en la tierra, podemos contemplar su gloria sólo por la fe." Así que no está hablando de sueños o visiones. Más bien, dice en su famosa obra, Meditaciones y Discursos sobre la Gloria de Cristo, en Su Persona, Oficio y Gracia: con las diferencias entre la fe y la vista aplicadas al uso de los que creen - o simplemente, La Gloria de Cristo - que sólo podemos ver la gloria de Cristo en las Escrituras, preeminentemente en el evangelio, a través de la fe vivificada por el Espíritu Santo. Cuando leí el libro de Owen por primera vez, confieso que me sorprendió, desafió, reprendió, corrigió, edificó y transformó. Y, después de la oración y la contemplación, me di cuenta de que el punto de vista de Owen era simple, profundo y muy descuidado por el cristianismo moderno. Amigo, ¿ves la gloria de Cristo? Leemos a Owen en nuestra reunión de oración del personal de la biblioteca de la capilla, y con los corazones humillados por la verdad transformadora de Dios, las almas calentadas con visiones bíblicas del Sol de Justicia, los afectos conmovidos por la impresionante belleza del Salvador, y las vidas transformadas al ver a Aquel que nos amó desde toda la eternidad, te ofrecemos esta Emisora de Gracia Libre: La Gloria de Cristo. John Owen nos introduce a este tema vital explicando el gran privilegio de ver la gloria de Cristo en este mundo como preparación para ver su eterno esplendor y majestad en el siguiente. A continuación, Owen explica brevemente que la gloria de Cristo es la gloria de la persona de Cristo. Charles Spurgeon nos ayuda entonces a vislumbrar esa gloria con un notable y conciso panorama del amor de Cristo, su encarnación, su sacrificio expiatorio, su resurrección, su entronización y su segunda venida! ¡Oh, qué visión es! Octavio Winslow declara entonces que no hay amor como el de Cristo: un amor revelador, un amor condescendiente, un amor abnegado y un amor que perdona. John Flavel revela hábilmente la gloria de Cristo en sus oficios como nuestro Profeta, nuestro Sacerdote y nuestro Rey. Luego, William Plumer nos da otra mirada panorámica a Cristo; pero esta vez en su humillación, es decir, su obediente sumisión a su Padre en su vida terrenal, desde la concepción virginal hasta su sufrimiento y agonía en la cruz del Calvario. A partir de ahí, Spurgeon nos declara que la crucifixión de Cristo es la gloria de Cristo. Presenta la revelación de Cristo levantado, atrayendo a los pecadores a sí mismo en el más grande amor jamás manifestado en este mundo depravado. Pero la historia y la gloria de Cristo no terminan ahí: Thomas Watson nos muestra que Dios Padre exaltó a su Hijo en sus títulos, su oficio, su ascensión, su sesión a la derecha de Dios, y su juicio del mundo! Si realmente vemos a Cristo así, nuestros corazones no pueden dejar de ser cautivados por su belleza; y Octavio Winslow proclama que no hay belleza como la de Cristo, ¡nada en el universo se compara! Winslow cierra el tema desafiándonos a contemplar la asombrosa gloria de Cristo.